21.11.09

BUSCA LA FUERZA EN TU INTERIOR



Por más dolor que sientas, todo eso por lo que estás pasando es una dolorosa percepción. Una evaluación de la realidad con base en el desastre.
Tu dolor es muy real, pero es necesario comprender que el dolor necesita ser contenido, para que podamos pensar y actuar, para colocar nuestra vida nuevamente en el carril.
Por eso, cuando estés caído en el fondo del pozo, descansa un poco y mira a tu alrededor. Duerme, si es preciso. Llora, si lo necesitas. Pero, después, sal de allí.
Por un instante, no verás nada, todo estará oscuro y te sentirás perdido. Eso es natural. Pero, vamos a buscar lo que también es natural: es natural que tú, habiendo tropezado con uno de los puntos bajos de tu vida, solamente necesites hacer un movimiento y así estarás más próximo de la salida.
No te preocupes en olvidar el dolor, pues él es parte de ti.
Son las cicatrices las que te vuelven una persona más completa, más rica internamente, más viva.
Acuérdate de que la ventaja de estar en el fondo del pozo, es que cualquier movimiento nos lleva hacia arriba.
Busca la salida, levántate y recomienza el camino.
Cuanto más pronto, mejor.
Pregúntate, si quieres cambiar la luz por las tinieblas.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar
y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Cuando dudes de ti, cuando sientas que estás a punto de desfallecer, no permitas que el desaliento te haga perder el rumbo.
Concéntrate en tu objetivo y encamínate hacia la meta.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado
así como la causa de tu futuro será tu presente.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande
que el más grande de los obstáculos.
Y ten siempre la absoluta certeza de que después de una fuerte tempestad, el arco iris saldrá y el sol brillará nuevamente.
Tus anhelos tal vez estén aún sin explorar, tal vez te cueste todavía nombrarlos, darles una definición precisa o imaginar siquiera qué deseas para ti en el futuro.
Cuando el mundo exterior te parezca difícil de afrontar, cuando sientas que la presión se te hace casi insoportable… busca la fuerza en tu interior.

ESPERANDO



Esperaron su vuelta y a pesar del tiempo;
nunca sufrieron cansancio alguno.
Sus brazos le arroparon cuando navegaba entre tinieblas
y le acogieron cuando volvió a ver la luz.