9.9.09

SABER DECIR: TE QUIERO


Hay momentos en la vida en que somos tímidos para expresar el AMOR que sentimos, quizas por temor a avergonzar a la otra persona o a avergonzarnos nosotros mismos, dudamos en decir: TE QUIERO y tratamos de comunicar la idea con otras palabras…
La única cosa que queremos decir, es la única cosa que no decimos.
Y aún así, porque el sentimiento es real y la necesidad de decirlo es tan fuerte, usamos otras palabras y signos para decir lo que realmente queremos decir.

Y a veces, el significado, nunca se comunica del todo, pierde su contenido real y quien necesitaba oirlo se siente ignorado o tal vez no tan querido como en realidad lo es.
Debemos escuchar el AMOR en las palabras que las otras personas nos dicen e intentar nosotros ser explícitos en nuestras muestras de AMOR.

Algunas veces las palabras reales son necesarias, pero muchas veces es más importante la manera como se dicen.

Un abrazo o un beso impulsivos dicen: TE QUIERO, aún cuando las palabras digan algo diferente.
Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice: TE QUIERO.

Tenemos que mirar y escuchar muy atentamente el AMOR que contienen las palabras y gestos, porque frecuentemente estan allí y nosotros las ignoramos, quedándonos con su único significado, el literal, el de diccionario.

Decimos TE QUIERO con sonrisas, con lágrimas, con miradas, con abrazos, con un perdón y a veces también en silencio, sin decir ni una palabra, tan solo con una actitud, un gesto, una acción.
El problema de escuchar el AMOR es que no siempre entendemos el lenguaje del AMOR, que la otra persona está utilizando.Oímos las palabras, pero no escuchamos las acciones o gestos que las acompañan.
Si escuchamos atentamente, descubriremos que somos muchísimo más amados de lo que pensamos.


El AMOR es feliz, nos hace reír, nos hace llorar, nos hace cantar, nos hace estar tristes, nos hace buscar una razón, nos hace pedir, nos hace dar, pero por sobre todo, nos hace VIVIR.

No es la presencia o la ausencia de la gente lo que hace la diferencia, porque una persona puede no estar solitaria aún cuando esté sola.

Algunas veces es bueno estar solo. Pero eso no nos hace solitarios. No es un asunto de estar presente CON alguien. El asunto es estar presente PARA alguien.

VIVIR LOS SUEÑOS


Cuando alguien evoluciona, también evoluciona todo a su alrededor…

Cuando tratamos de ser mejores de lo que somos, todo a nuestro alrededor también se vuelve mejor.

Eres libre para elegir… para tomar decisiones, aunque solo tu las entiendas, toma tus decisiones con coraje, desprendimiento y, a veces, con una cierta dosis de locura.

Solo entenderemos la vida y el Universo cuando no buscamos explicaciones.

Entonces todo queda claro.

Aprender algo significa entrar en contacto con un mundo desconocido, en donde las cosas más simples son las mas extraordinarias.

Atrévete a cambiar, desafíate, no temas a los retos, insiste una y otra, y otra vez.

Recuerda que sin fe se puede perder una batalla que ya parecía ganada.

No te des por vencido; acuérdate de saber siempre lo que quieres… y empieza de nuevo.

El secreto está en no tener miedo de equivocarnos y de saber que es necesario ser humilde para aprender.

Ten paciencia para encontrar el momento exacto y congratúlate de tus logros.

Y si esto no fuera suficiente… analiza las causas e inténtalo con más fuerza…

El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños.

NADIE


Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.

Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.

Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.

Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a si mismo.

Nadie llega a la otra orilla sin construir puentes para pasar.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.

Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.

Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir.

Nadie debe vivir sin cambiar, ver cosas nuevas, experimentar otras sensaciones, y tener la capacidad de corregir sus errores.

Nadie tiene el derecho de consumir el amor o la amistad de las personas si uno mismo no la produce.