Y es que las lágrimas pueden ser de colores... Me acarician, me emocionan... mojando mi piel con sus palabras. Son lágrimas amargas que a mi me resultan dulces, compasivas, inseparables tertulianas de noches trasnochadas... amigas noctámbulas que son lo que les pido. Las anhelo... porque me han enseñado a sentir de otra manera; a mi manera... me han explicado que no es importante dónde me encuentre, porque las noches siempre son las mismas... que me fui muy lejos para añorarte, para poder escribirte... me fui para que todas aquellas canciones tuvieran sentido, para que mi almohada preguntara por ti... sé que parece ridículo, pero es así... del mismo modo que en la oscuridad las caricias parecen ser más suaves, o que el mayor estruendo puede ser el más afónico de los silencios... sólo así se puede comprender que me sienta desmesuradamente sola entre la multitud. Las lágrimas me hacen sentir viva, sacan lo mejor que hay en mi... quizá me fui para pensar en ti, para sollozar y sentirme afortunada de estar abandonada... quizá las amo porqué tú las olvidaste...... y es por eso que, a veces, mis lágrimas son de colores.
